La humedad en las viviendas afecta a sus paredes, a los muebles, a la pintura… incluso, de prolongarse en el tiempo, puede afectar a la salud de sus ocupantes. Paredes húmedas, vaho, condensación en ventanas, moho en paredes y pilares, pintura que se cae, ambiente húmedo, olor característico… La formación de mohos y su reproducción rápida por esporas puede provocar alergias y hasta enfermedades más graves.
Detectar el origen de la humedad es primordial para un tratamiento efectivo contra sus consecuencias.
Puede provenir del exterior, por filtraciones de la cubierta, por goteras, por corrientes de viento frío continuas, puentes térmicos, por capilaridad…
O puede proceder del interior, como humedad ambiental, generando una humedad relativa elevada por falta de deshumidificación o de una ventilación regular. Lo ideal es que en el interior de la vivienda la humedad relativa se sitúe entre el 40 y 60%. Ni un ambiente reseco ni un aire excesivamente húmedo.
El control del exceso de humedad es fundamental para conseguir un adecuado confort térmico y un ambiente saludable.

10 CONSEJOS PARA CONTROLAR EL EXCESO DE HUMEDAD EN LAS VIVIENDAS
1. Aislamiento de paredes y cubiertas
Debemos contrarrestar la diferencia de temperatura entre el exterior y el interior. Esto se consigue aislando: evitar que el frío, el agua o la humedad del exterior circule y entre constantemente por los huecos de las paredes y enfríe su casa. Esto provoca un deterioro en las condiciones de habitabilidad y de confort térmico.
El aislamiento puede orientarse sobre distintas partes de la vivienda:
– Aislamiento de fachada expuesta a la lluvia o a humedad excesiva
– Aislamiento de cámara con infiltraciones continuas de viento o aire frío
– Aislamiento de paredes de espesor reducido
– Aislamiento de suelo en contacto con el terreno
– Aislamiento de techos por infiltraciones de la cubierta
– Aislamiento de cubiertas o tejados con infiltraciones de agua, goteras…
– Aislamiento de instalaciones o canalizaciones de agua por roturas o filtraciones
– Aislamiento de terrazas, muros y superficies en contacto con exterior
El aislamiento elimina el puente térmico que está causando la presencia de condensaciones, humedades y hongos y consigue el sellado de las infiltraciones de viento, agua o humedad exterior, corrientes de aire por convección y puentes térmicos.
Hay aislantes adecuados para controlar los problemas de humedad:
– Aislantes transpirables: favorecen la respiración natural de su casa al mismo tiempo que evitan los puentes térmicos y los picos de temperatura.
– Aislantes higroscópicos: con capacidad de absorber o ceder humedad al ambiente. Actúan como un almacén para la humedad.
2. Sellado de fachadas e infiltraciones
La fachada y las paredes exteriores son las zonas más expuestas a la lluvia, al rocío, al viento… Un buen sellado de las grietas que pueda tener es fundamental para que no se produzcan filtraciones hacia la vivienda, y se produzcan condensaciones intersticiales y humedades en tabiques y columnas. Esto es igual de importante como el aislamiento interior.
Es fundamental también eliminar las goteras que se detecten de inmediato y las filtraciones de agua del tejado o por las ventanas. También es conveniente inspeccionar las tuberías, canalizaciones y conexiones de agua, electrodomésticos, lavadora, frigorífico… por si tienen pérdidas de agua que pueden incitar al moho.
3. Aislamiento de ventanas y puertas
El cierre hermético de las ventanas es fundamental para controlar las temperaturas externas y ayudar a regular la temperatura interior a un ritmo constante.
– Las ventanas dobles o de doble cristal pueden reducir las pérdidas de energía a la mitad. Los vidrios tipo planitherm, con revestimientos de baja emisividad, dejan salir o entrar un 40 % menos de calor.
– Los marcos de madera o los marcos con rotura de puente térmico evitan la conducción de calor a través de los marcos y las condensaciones, mejorando el confort interior. Unas ventanas mejoradas pueden reducir el gasto de climatización en un 15 – 20 % en lugares de clima severo, y en climas más suaves prácticamente pueden hacer prescindible la climatización activa.
– Colocar burletes adhesivos de espuma o caucho en los cierres de las ventanas y en la parte inferior de las puertas para evitar que el frío del exterior entre.
4. Controlar la humedad interior
No sólo es importante aislar de la humedad exterior. Es fundamental controlar la humedad interior, que se genera en la vida diaria por duchas, respiración de personas, vapor de ollas, grifos abiertos, baños, electrodomésticos en funcionamiento…
Una familia de 4 personas produce aproximadamente 11 litros de agua al día debido a la respiración, las duchas, la cocina, etc. Esa humedad no tiene por qué quedarse dentro. Ventilando regularmente se renueva el aire y se controla ese exceso de humedad.
La humedad del interior de la vivienda no debe superar el 60%: de superarlo se recomienda el uso de deshumidificadores para controlar el exceso.
5. Ventilación diaria de la casa
15 minutos al día son suficientes. Aprovechando las horas más calientes del día y evitando hacerlo en horas más frías o cuando llueva. La ventilación es indispensable después del baño o la ducha, para que todo el vapor y humedad generado se eche al exterior y no permanezca en la casa, afectando a paredes, techos y estancias contiguas.
También es muy útil instalar ventiladores y rejillas con salida en los baños y cocina, de esa forma la humedad por el vapor de agua o las comidas no queda en el ambiente.
6. Evitar tender ropa dentro de la vivienda
De tener que hacerlo, situarla en zonas bien ventiladas para favorecer su secado.
Evitar poner ropa húmeda encima de los radiadores.
Evitar tener muchas alfombras, moquetas y papel pintado. Sobre todo en zonas húmedas como sótanos o baños, porque no hacen más que hacer perdurar la humedad en el ambiente.
Evite fumar dentro de la vivienda o, si tiene que hacerlo, abra durante y después alguna ventana para que el humo que se genera salga y no quede en la vivienda, porque favorece la formación de condensaciones y mohos característicos.
7. Evitar utilizar secadoras o estufas de butano dentro de la vivienda
Aportan gran cantidad de agua al ambiente (las estufas de butano del orden de 400/700 gr/kg de combustible consumido). De tener que usar secadora, situarla en estancias apartadas y bien ventiladas o en trasteros independientes.
8. Evitar filtraciones de agua de baños y zonas con grifería
Comprobar sellado de bañeras, platos de ducha y piezas del baño. Un mal sellado en sus juntas puede provocar que se filtre agua hacia estancias contiguas y causar una presencia excesiva de humedad y la formación de mohos. Es recomendable renovar periódicamente las juntas con silicona y las uniones de los azulejos con masilla para evitar las filtraciones de agua durante el baño o la ducha.
9. Eliminar los hongos
Tan pronto como sea posible. Los hongos son microorganismos, están vivos y, como tal, se regeneran, se reproducen, se propagan. Cuanto antes se eliminen menos crecerán.
Pueden limpiarse con productos especiales o con una mezcla de lejía y agua o con detergente. El vinagre también es una opción.
Eliminar papeles decorativos, muebles y telas que tengan gran superficie de mohos.
Consultar con un especialista para eliminar los mohos de forma segura. Inhalar o tocar superficies con moho puede causar reacciones alérgenas y respiratorios en personas sensibles. Si cubre poca superficie, y decide limpiarlo usted, use guantes, mascarilla y gafas protectoras por seguridad.
10. No pinte, calafatee, barnice ni selle superficies mohosas
Previamente hay que eliminar definitivamente el moho para que no siga creciendo y traspase nuevamente la pintura. El moho se propaga fácilmente por esporas aunque se pinte por encima. Eliminar el moho y secar las superficies antes de pintar.