El aislamiento es fundamental para mejorar la eficiencia energética de nuestras viviendas. En los últimos 15 años se observa un crecimiento ascendente y sostenido en el consumo de energía de las viviendas españolas.
Teniendo en cuenta que el coste de la energía aumenta cada año a un ritmo vertiginoso y que España importa más del 80% de la energía que usamos, cualquier medida de ahorro energético resulta beneficiosa tanto para el consumidor y sus facturas como para la economía de todo el país.
Es necesario incorporar materiales aislantes en la superficie exterior de nuestra vivienda (fachadas, cubiertas, suelos…) Cuánta más superficie esté aislada menos energía se necesitará para calentar la casa en invierno y para refrigerarla en verano.
¿En qué se nota el aislamiento térmico?

Tu bolsillo lo nota
Se reducen las pérdidas de calor de la vivienda por lo que la energía necesaria para calentar o refrigerar las estancias será menor, ahorrando dinero en las facturas energéticas (gasoil, electricidad, gas, aire acondicionado…).
Tu familia lo nota
Mejora el confort térmico y se conserva una temperatura uniforme, sin picos de temperatura. Calidad ambiental sin necesidad de tener encendida la calefacción todo el día ni subir el termostato. Los sistemas de climatización se apagan al alcanzar la temperatura fijada, funcionando de una forma más eficiente y económica.
El medio ambiente lo nota
Se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente CO2. Cientos de toneladas menos cada año: beneficio para todos.
Tu salud lo nota
Se controla el exceso de humedad. Se eliminan las desagradables corrientes y entradas de aire frío, se evitan las condensaciones y el moho y mejora el aislamiento térmico y acústico de la vivienda.
Tu vivienda lo nota
Una vivienda aislada térmica y acústicamente añade valor al inmueble y optará a una mayor calificación energética o etiqueta verde. A la hora de comprar o alquilar será decisiva su eficiencia energética y su ahorro energético y económico.